Son Llàtzer introduce la radiofrecuencia para tratar miomas uterinos sin afectar la fertilidad

Ignacio Vega

El Hospital Son Llàtzer de Palma de Mallorca ha introducido la ablación de miomas uterinos por radiofrecuencia. La Dra. Mercedes Sobreviela, directora médica del Centro Ginecológico Bolonia, de Zaragoza, ha viajado a Baleares para impartir una formación in situ con casos reales a las Dras. Raquel Garrido Casserras y Laura Moles.

Los miomas uterinos son los tumores benignos más frecuentes en las mujeres en edad reproductiva. Se estima que el 70 % desarrolla miomas en algún momento de su vida. No todos requieren tratamiento, pero un 25 % produce dolor y síntomas compresivos (que ocasionan retenciones urinarias, molestias en las relaciones sexuales o estreñimiento), trastornos menstruales y hemorragias (con la consecuente anemia), aumento del volumen del abdomen o abortos de repetición y fallos de implantación, pudiendo provocar infertilidad.

Aunque, tradicionalmente, este tipo de miomas se han tratado con cirugía, en los últimos años se ha desarrollado la ablación de los miomas por radiofrecuencia, una alternativa a la cirugía para aquellas mujeres que no desean someterse a una intervención quirúrgica o para aquellos miomas sintomáticos que son inaccesibles por vía quirúrgica o en los que la cirugía supone un importante riesgo de perder el útero.

Según las especialistas, esta técnica pionera para tratar los miomas “es ideal para mujeres que desean conservar su fertilidad ya que, tras su aplicación, es viable un embarazo totalmente normal”.

La técnica de ablación de miomas por radiofrecuencia se realiza por vía vaginal, a través de una fina aguja, que aplica calor en el interior del mioma, lo cual conduce a la necrosis del tejido. El tejido necrosado se reabsorbe y el mioma reduce su volumen y, con ello, sus síntomas.

El beneficio para la mujer es claro: conserva su útero sano, no se tiene que exponer a una cirugía ni a las complicaciones que tiene quitar el útero. La radiofrecuencia no solo no daña la musculatura sana del útero (miometrio), sino que parece mejorar la receptividad endometrial y, por lo tanto, preserva la fertilidad. La paciente puede comenzar a buscar el embarazo pocos meses después del tratamiento.

Otras ventajas de este tratamiento mínimamente invasivo son que la duración de la técnica es inferior a 30 minutos, que no requiere anestesia (solo sedación suave) ni hospitalización, que no conlleva recuperación postoperatoria y que no deja cicatrices abdominales, dado que la vía de acceso es transvaginal.

Las especialistas también destacan el beneficio comunitario, ya que supone un ahorro de costes al sistema sanitario: “Esta técnica reduce las visitas de la paciente, el uso de medicamentos y la cirugía, que siempre resulta más cara que la radiofrecuencia”.

Cardiva
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