¿Qué son los infusores elastoméricos?

 

Infusor elastomerico autofuser

 

El desarrollo de los sistemas de infusión elastoméricos, o infusores, ha supuesto un importante avance en la administración, tanto hospitalaria como ambulatoria, de fármacos en múltiples situaciones clínicas. Al conseguir mantener valores plasmáticos de fármacos estables hacen posible un mayor control de la enfermedad y de sus síntomas acompañantes, y proporcionan una mejora en la calidad de vida de los pacientes, por lo que estos dispositivos son una alternativa eficaz para la administración de tratamientos en pacientes con dolor agudo y/o crónico, oncológicos, con procesos terminales, y otros.

Los sistemas de infusión elastoméricos o bombas elastoméricas son dispositivos de perfusión pequeños y ligeros, no electrónicos, portables y de un solo uso, que se emplean para administrar medicamentos a un ritmo constante por vía intravenosa, intraarterial, epidural, perineural, incisional, subcutánea…

Son instrumentos de manejo fácil tanto para el personal sanitario como para los pacientes  y cuidadores que permiten un tratamiento inmediato, mantenido y efectivo en múltiples contextos. Se trata de una técnica segura, sencilla, versátil y cómoda que posibilita la continuación de manera externa de los tratamientos reduciendo así, el tiempo de ingreso del paciente.

La compatibilidad con y de los fármacos empleados se realiza a través de test clínicos y de laboratorio para asegurar la no degradación ni adsorción durante el almacenamiento o administración de las terapias.

Por las grandes ventajas que aportan, deberían contemplarse como una alternativa útil de administrar fármacos, disponible para todos los profesionales de la salud.

 

Los sistemas de infusión continua de fármacos son útiles en diversas situaciones:

– En la terapia del dolor: Se pueden administrar múltiples sustancias analgésicas y adyuvantes  a pacientes que padecen dolor agudo postoperatorio o de origen traumático, así como en pacientes que sufren dolor  crónico. En ambos casos en el ámbito tanto hospitalario como domiciliario.

– Pacientes oncológicos:  No sólo para la administración de tratamiento analgésico sino también para control de síntomas, o para administrar quimioterapia intravenosa, con lo que sustituyendo a las bombas de infusión convencionales y a los sistemas de goteo por gravedad  permiten, en muchos casos, el tratamiento ambulatorio.

– Pacientes en cuidados paliativos: Estos dispositivos permiten el control eficaz de los múltiples síntomas que pueden presentar los pacientes en fase terminal.

– Pacientes con terapia antiinfecciosa: cuando se precisa la administración continuada de antibioterapia parenteral puede emplearse un infusor conectado a una vía venosa (pueden resultar útiles en la fibrosis quística y quemados).

Los sistemas de infusión elastoméricos son dispositivos que permiten la administración continua o intermitente de medicamentos de forma controlada. Su mecanismo básico de funcionamiento consiste en un sistema que ejerce una presión constante sobre un reservorio que contiene el líquido a infundir y cuya velocidad de flujo está controlada por un capilar calibrado que existe en el tubo de infusión. Son dispositivos ligeros que consisten en un recipiente plástico rígido y trasparente en cuyo interior se encuentra un globo o deposito elastomérico en el que se introduce la medicación a infundir. El globo distendido ejerce una presión constante y fuerza al medicamento a través del tubo de infusión hacia el catéter del paciente. La velocidad del flujo se controla por un restrictor de flujo que consiste en un capilar, con una velocidad de flujo fija para cada tipo de infusor (2 ml/h, 5 ml/h, etc.).

 

Factores que afectan a la precisión de la infusión:

  1. Temperatura: Los fármacos varían la viscosidad en función de la temperatura. El paciente puede esperar un aumento o disminución de la velocidad del flujo en un 2-3% por cada grado de variación de la temperatura
  2. Viscosidad: La viscosidad tiene un efecto inverso sobre el caudal, cuanta más viscosidad menor velocidad.
  3. Presión atmosférica: A presiones muy bajas pueden reducirse importantes variaciones en la velocidad de infusión
  4. Contrapresión: Algunos infusores están calibrados para infundir a una presión determinada en una posición concreta, modificar su posición puede afectar su exactitud
  5. Almacenamiento: La viscosidad de los fluidos aumenta a bajar temperaturas, cuando se inicia la administración de un infusor que ha sido almacenado a bajar temperaturas (2-8ºC) el tiempo de perfusión se incrementa sustancialmente si no se atempera. Las bajas temperaturas pueden endurecer la membrana del elastómero y hacer que se colapse más lentamente e incremente la viscosidad.

 

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*Fuente: Manual de uso clínico y recomendaciones para Sistemas de Infusión Elastomérica en dolor post-operatorio y otros (cuidados paliativos y  oncología, ciclos citostáticos) Autora: Dra. Del Caño Aldonza, Maria Cruz Donina, Anestesiología, Reanimación y Tratamiento del dolor del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda y Hospitales del Grupo HM, Madrid